Recibimos consejos para mejorar nuestros nervios ante el público, como por ejemplo mantener los brazos pegados al cuerpo para evitar temblar, entre otros. Ya estamos un paso más cerca de ser unos maestros en la comunicación.
Tenemos que ser buenos con nosotros mismos, no fustigarnos por nuestros errores, una buena presentación consta de tres bloques:
- Introducción y presentación del ponente. Se debe comenzar diciendo quién soy, porqué estoy ahí, que voy a decir/hacer y agradecer la invitación a hablar.
- Cuerpo de la presentación. Se subdivide, a su vez, en otras tres partes:
- Resumen e ideas generales.
- En la presentación en sí nos podemos apoyar por unas fichas, debemos enumerarlas no vaya a ser que se caigan y que no seamos capaces de ordenarlas.
- Resumen de lo que se ha hablado, aportando nuevas ideas generales.
- Terminar la exposición con una frase clara que denote el fin, con una frase celebre o ingeniosa...
De izquierda a derecha: Sergio Rodriguez, Luis Blasco y Roberto Ginés. Foto propia.
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